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Representantes del Frente de organizaciones Por un Monte Gallego con Futuro convocaron una concentración este martes, día 23 de febrero, contra la revisión del Plan Forestal. Un texto que se debatirá ese mismo día en el Parlamento de Galicia, y que previsiblemente será aprobado con los votos del Partido Popular, del que advirtieron que tendrá graves consecuencias para el medio rural gallego, desde la organización del territorio, hasta el modelo de gestión de los montes, la riqueza forestal o en el combate a los fuegos forestales

Una frente de organizaciones sociales, ecologistas, agrarias y sindicales, entre las que se encuentra el Sindicato Labrador Gallego, iniciaron una campaña de rechazo a la primera revisión del Plan Forestal de Galicia ( PFG).

La representación de la frente social le expuso al Partido Popular sus quejas sobre el proceso de participación inexistente que precedió el debate parlamentario de esta revisión del PFG. En este sentido, recordaron que la única exposición pública de la revisión del PFG fue hace tres años, en 2018, y de un texto distinto a lo que llega ahora al Parlamento de Galicia.

Segundo explican este texto hace una diagnosis ficticia de la situación del monte gallego y de un inventario forestal irreal y desfasado con datos del 2009. Polvo otra banda asegurna que carece de consenso social ya que en su tramitación no se vieron representados todos los agentes sociales vinculados al monte y al medio rural.

Añaden también que esta ley “responde únicamente a intereses produtivistas y de carácter privado, dejando de lado el interés público y general, y la ordenación de los usos del monte en manos de las empresas madereras y forestales”. Indican que fomenta el monocultivo y el aumento de especies pirófitas e invasoras hasta alcanzar 1,4 millones de hectáreas de pinos y eucaliptos en 2040, y el aumento de 3 millones de m3 de talas anuales de madera de bajo valor añadido hasta alcanzar los 12 millones de m3 de talas/año. En esta línea aumenta aún más la superficie ocupada por eucalipto Y. Nitens.

Asimismo considera este grupo heterodoxo que promueve la forestación de tierras agrarias, al dejar en manos de empresas madereras y forestales más de 150.000 hectáreas de estos terrenos y favorece la ” la vulnerabilidad del monte gallego frente al cambio climático” así como la “proliferación e intensificación de los fuegos forestales y la privatización de la lucha contra los incendios”. Aseguran que no formula soluciones para ascausas estructurales de los incendios y sigue primando la inversión en la extinción frente a prevención.

Para este colectivo otro de los errores del plan es que “agrava la situación de abandono y desertización del rural gallego, impidiendo el desarrollo de un monte multifuncional que genere riqueza y recursos diversos para las personas que viven y trabajan en el rural. Descarta una vez más la oportunidad de apostar por un modelo de montes sustentable, por la madera de calidad y por el cierre de los ciclos productivos de los distintos aprovechamientos del monte”.

Finalmente, creen que este nuevo sistema alienta la desaparición de los montes vecinales al contado común, “favoreciendo su privatización y la eliminación del carácter xermánico de la titularidad vecinal. Propone la revisión de la condición de vecino/a comunero/la, de dotar las mancomunidades de montes de personalidad jurídica, y que las comunidades de montes tributen en el impuesto sobre sociedades, como se fueran empresas mercantiles”.