Una panorámica de Os Ancares
La Diputación de Lugo rechaza el acuerdo plenario que el ayuntamiento leonés de Candín adoptó el pasado diciembre para cambiar el nombre del municipio y pasar a llamarse Ancares.
La junta de gobierno del ente provincial dio este viernes el visto bueno a los alegatos que presentarán a ese acuerdo, y en las que se recoge principalmente que el cambio de topónimo “vulnera la legislación vigente, carece de fundamentación histórica rigurosa y completa, e ignora el hecho incontestable de que Ancares es una amplia realidad geográfica, social, cultural, medioambiental y etnográfica que le da nombre a un territorio en el que se asientan municipios de la provincia de Lugo y de León”.
Los alegatos de la Diputación se fundamentan en tres informes técnicos que se adjuntan en el expediente que la institución enviará a Candín, y que fueron elaborados por los servicios provinciales de Asistencia Jurídica, Económica y Técnica a los Ayuntamientos, por el de Medio Ambiente, y por el historiador Xabier Moure, del colectivo Patrimonio de los Ancares.
En base a estos argumentos, la Diputación solicita al Ayuntamiento de Candín que “archive el expediente” para cambiar el nombre del municipio o que, “en todo caso, incorpore a su topónimo a alusión a su pertenencia a Ancares, pasando a denominarse Candín de Ancares”.
ARGUMENTOS
Los alegatos de la Diputación de Lugo al acuerdo plenario que adoptó para el cambio de topónimo, y que actualmente está en fase de exposición pública, se basan en seis argumentos fundamentales:
PRIMERO. El cambio de nombre del municipio de Candín por Ancares vulnera la legislación reguladora de la denominación del municipio y sus alteraciones.
En concreto, el artículo 24.1 de la Ley 1/1998, de 4 de junio del Régimen Local de Castilla y León establece que: “La denominación de los municipios habrá de ser en lengua castellana, respetándose las denominaciones existentes a la entrada en vigor de esta Ley, sin que pueda ser coincidente o producir confusiones con otras del territorio de él Estado”.
La intención del Ayuntamiento de Candín de llamarse Ancares vulnera esta disposición legal porque ya existe un territorio reconocido con la denominación de Ancares.
SEGUNDO. El cambio de nombre de Candín por Ancares carece de fundamentación histórica rigurosa y completa que tal modificación exige.
Candín alega que el nombre de Ancares comenzó a usarse en los años 60 con la creación de la Reserva Nacional de Caza y que en la parte gallega se empezó a utilizar en los 90 con la aprobación del Mapa Comarcal de Galicia. Sin embargo, existe abundante documentación histórica que acredita el uso del topónimo Ancares para referirse la esta sierra, al menos desde el año 572.
Candín es el topónimo de este municipio de León desde su propia constitución, hace 200 años. Sin embargo, en el expediente que aporta el Ayuntamiento no se alude para nada a esta parte de su historia, a estos 200 años de existencia como municipio denominado Candín.
TERCERO. Ancares es una realidad territorial mucho más amplia que un único municipio, pues le da nombre nombre a toda una comarca, conformada físicamente por la Serra de Os Ancares y por sus accidentes geográficos (puertos y valles, entre otros), y sobre la que se asientan municipios tanto de la provincia de Lugo, como de la de León.
CUARTO. Además de una realidad geográfica, Ancares es una amplia realidad social, cultura, medioambiental y etnográfica, con una identidad propia y única, que comparte rasgos, y también retos y oportunidades comunes.
Esta amplia realidad está amparada además bajo figuras de protección reconocidas por organismos a nivel autonómico, nacional y mismo internacional, como es el caso de la Unesco, con el reconocimiento de la Reserva de la Biosfera de los Ancares Lucenses en el año 2006.
QUINTO. El Ayuntamiento de Candín, ajustándose a la realidad geográfica, histórica, administrativa y social, tiene la posibilidad de incorporar a su topónimo la alusión a su pertenencia a Ancares, pasando a denominarse Candín de Ancares.
SEXTO. La apropiación del topónimo Ancares, que es patrimonio de todos y todas las personas que viven en este territorio, tanto de la vertiente lucense, como de la leonesa, lesiona gravemente los intereses de la provincia de Lugo, pero también del conjunto de la comarca de Os Ancares.
