Skip to main content

El portavoz de Medio Rural del Grupo Socialista, Martín Seco, presentó ayer en Comisión parlamentaria una proposición no de Ley para reclamarle a la Xunta que paralice el nombramiento del ex diputado del PP Moisés Blanco Paradelo como subdirector del Agader para las relaciones con las GDR. Seco presentó esta propuesta frente al caso de “ nepotismo” en la Consellería de Medio Rural, que fue rechazada por el PP.

El responsable socialista acusó al conselleiro del Medio Rural de “arreglar un proceso selectivo para adaptarlo al dedillo a un compañero de partido” y garantizarle “una salida laboral bien remunerada después de quedarse había sido del Parlamento en las últimas elecciones autonómicas”. Seco señaló que “estamos a tiempo de que les entre un poco de sentido del ridículo” y recuperar “un poco de pulcritud” y “decencia”.

Señaló que “la sociedad no está para tomaduras de pelo” y el rural gallego “no puede permitirse convertir a la Agencia Gallega de Desarrollo Rural –Agader- en un chiringuito para la colocación de amigos”. Reclamó por eso que dejen desierta la convocatoria y reinicien el proceso de selección con unas nuevas bases para “elegir al trabajador público con la mejor calificación técnica y atendiendo a los principios de mérito y capacidad”.

Requisitos arreglados

Martín Seco explicó que la plaza de subdirector del Agader había sido asignada premiando criterios “insólitos” como poseer titulaciones diferentes a las exigidas en la convocatoria, la asistencia a cursos que no tenían que estar homologados ni vinculados al sector, o aportar experiencia en el ámbito de la docencia. Nada que ver, señaló, con la experiencia en la gestión de subvenciones, gasto público o tramitación administrativa, y mucho menos tener conocimiento acreditado en el desarrollo rural.

En esta ocasión, dijo, la convocatoria de la plaza de subdirector general para las relaciones con los grupos de desarrollo rural tense alejado de los criterios de convocatorias anteriores, donde se exigía un amplio bagaje formativo y profesional. De hecho, explica, llegaron a eximir de la acreditación del conocimiento de la lengua gallega, e incluso pidieron un informe a la dirección general de función pública para que pudiera ser cubierta por alguien que no había sido empleado público.