Skip to main content
ES-Quiroga

Recuperan un antiguo horno de cal en Quiroga

Por 1 Marzo, 2021Sin comentarios

El antiguo horno de cal de Cereixido

Quiroga ha recuperado un nuevo horno de cal en el soto de la fuente de Caleira, en Cereixido. El nuevo horno, que está muy cerca de otro que ya se podía visitar en esa zona, estaba prácticamente enterrado. La singularidad del lugar radica ahora en que es el único que se conoce que tenga dos hornos de cal juntos, sin descartarse además la posibilidad de que haya alguno más.

El Ayuntamiento de Quiroga tiene inventariadas una docena de estas construcciones, que se acostumbraban a encontrar en aquellos sitios donde existían pequeñas vetas de roca calcárea o en su entorno, ya que era ahí donde se desarrollaba una pequeña actividad industrial relacionada con la producción de cal.

En las zonas de Cereixido, Paradaseca, Vilarbacú y A Seara existieron y aún se conservan a día de hoy hornos de cal. Estas construcciones se empleaban para obtener cal a partir de la piedra calcárea, sometiéndola a altas temperaturas con llama viva.

El PROCESO

El horno de cal es una construcción circular de los muros de piedra abierta por su parte superior. Además, tiene una pequeña abertura o boca en la base del muro para introducir el combustible. Normalmente se construían en terrenos inclinados para aprovechar el foso excavado y ahorrar la construcción de parte del muro.

El proceso de fabricación de la cal era sencillo pero sacrificado. El calero colocaba las piedras calcáreas en el interior del horno, dejando un amplio hueco central para encender el fuego. Piedra a piedra conformaba una bóveda, finalizándola desde el exterior superior del horno tapando la abertura superior con grandes losas. Pola boca inferior se introducía madera para quemar hasta completar el hueco de la bóveda formada por las piedras calcáreas.

El fuego ardía durante unas 60 horas y se mantenía sobre todo con matorrales. Una única jornada podía consumir hasta 50 carros de matorral. Tal trabajo requería de varias personas, que iban haciendo turnos de 4 horas, día y noche. Finalizada la calcinación, el horno se enfriaba durante 3 días. Las piedras se sacaban por la parte superior, ya totalmente blancas debido a la calcinación, y eran comercializadas enteras o molidas y convertidas en polvo.

La cal obtenida siempre fue muy utilizada para cuestiones como hacer argamasa o cemento, pintar o blanquear paredes, como corrector de la acidez del suelo en la agricultura, blanquear ropa, fabricar papel y vidrio o para curtir.