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ES-LugoES-Ribeira de Piquín

Reportaje. El Ribeira FS trabaja formando jugadores para que posean los valores del deporte

Por 6 Abril, 2021Sin comentarios

La sociedad deportiva, fundada en el año 2006, cree que el fútbol sala debe tener una función fundamental en la formación integral de los más jóvenes

Un grupo de conocidos de Ribeira de Piquín, que formaban equipo de fútbol sala en la liga local de Lugo, se aventuraron en el año 2006 a crear un club bajo el nombre de su ayuntamiento de la comarca de Meira. Con mucho esfuerzo y trabajo, su conjunto sénior logra a día de hoy formar parte de la 2º División B. Pero este no fue el único logro del club en estos últimos años, puesto que en la campaña 2016/2017 comienzan a trabajar formando su cantera, y dos temporadas después crean la sección femenina de la entidad.

El Ribeira F.S. cuenta en la actualidad con 185 jugadores divididos en 17 conjuntos masculinos: 1 equipo en chupete, 2 prebenjamines, 3 benjamines, 4 alevines, 3 infantiles, 2 cadetes, 1 juvenil y el sénior, además de un equipo de fútbol ocho en la categoría alevín. En cuanto a las jugadoras del club, son un total de 43, que forman cinco equipos que militan en las categorías alevín, infantil, cadete, juvenil y sénior, todas ellas en ligas gallegas. Su conjunto sénior consiguió recientemente el ascenso a la Preferente y esta sección femenina acaba de fusionarse con el Lieders Futsal con la idea de potenciar el crecimiento de la misma.

Bea Puente, responsable de la sección femenina del club, explica que el trabajo de cantera es “fundamental, primero porque creemos en la importancia del deporte en la formación integral de los más jóvenes y, en ese punto, nosotros como formadores tenemos una gran responsabilidad. Nuestro objetivo principal es formar personas que posean los valores del deporte (trabajo, constancia, cooperación, compromiso…) y que los puedan aplicar en los demás ámbitos de sus vidas. En segundo lugar, damos importancia a crear hábitos saludables, llevando vidas más activas, alejando a los más jóvenes de las tecnologías que los mantienen por muchas horas inactivos. Y, por último, nuestra pretensión es enseñar fútbol sala, para que las jugadoras y jugadores tengan los conocimientos y habilidades suficientes para poder llegar a desarrollarse en la pista y formar parte, en un futuro, de los primeros equipos del club”.

Para luchar por esas metas, el Ribeira FS cuenta con 8 entrenadores y 1 entrenadora que tienen asignados sus equipos y son responsables directos de sus grupos. Además tienen el apoyo de varios ayudantes, que son jugadores y jugadoras de los equipos sénior, “ya que entendemos que su implicación es fundamental puesto que son referencia para la cantera”.

Estos técnicos y técnicas trabajan mediante dos líneas, “método analítico y global, haciendo hincapié en este último”. Procuran formular tareas en las que haya “una relación continua de los contenidos que van a ser aprendidos por los jugadores y jugadoras, trabajando conjuntamente aspectos técnicos, tácticos y físico-motores. En nuestra escuela intentamos que la persona protagonista de cada actividad, juego o tarea sea el jugador o jugadora”.

Para dar las máximas facilidades a los niños y niñas del club se reparten los horarios de los entrenamientos en función de la etapa formativa-deportiva en la que se encuentren, pero no siempre les resulta fácil.

Bea comenta que la disponibilidad horaria de las instalaciones con las que cuenta Lugo no es muy amplia, “debido a la gran cantidad de deportes realizados en las instalaciones polideportivas y al gran número de clubes y de niños y niñas que hay en la ciudad practicando deporte,  es difícil adecuarse y dar cubierto las necesidades de todos los clubes. En este año tan complicado tuvimos que recurrir a la utilización de instalaciones polideportivas privadas, para poder ofrecer una actividad de calidad, sabiendo lo difícil que puede llegar a ser costear estos gastos”.

Con la pandemia todo se dificultó, pero la base lleva entrenando para esta campaña 2020/2021 desde octubre, salvo cuando la Xunta prohibió la práctica deportiva, “estuvimos entrenando siempre, adaptándonos a las limitaciones de contacto físico al primero, en lo que se primaban tareas de técnica individual de balón. Hubo que adaptarse al uso de la mascarilla que ahora ya es una compañera más en el día a día y con la que todos y todas mostraron una responsabilidad pasmosa”.

Las consecuencias de la covid también se notaron deportivamente, aunque de manera diferente en función de los niveles de competición, “con la base no lo notamos tanto porque lo marcamos como una temporada más de formación en la que lo que menos nos importa es el nivel competitivo. En los equipos Sénior, el masculino lleva ya muchos meses de competición al depender de Federación Española entonces es más parecido a una temporada normal en lo que a meses de competición se refiere, aunque sí que perjudica que hay muchos parones a causa de confinamientos en los equipos cuando hay algún positivo, cosa con la que tuvimos mucha suerte, puesto que en nuestro equipo, ningún jugador tuvo covid. En el caso del Sénior femenino, que además se estrena en una competición mas exigente, al ascender a la Preferente Gallega, es distinto, ya que apenas acaban de iniciar la competición, llevando 6 meses de pretemporada y más de un año sin competir. Eso afecta, sobre todo en la motivación, fue difícil mantenerla, sabiendo que al mejor ni este año se podía competir, pero tenemos un grupo muy comprometido y que a pesar de la situación estuvieron entrenando a un gran nivel y esperemos que se demuestre así en los resultados”.