La alcaldesa de Viveiro, María Loureiro, consideró la Feria de las Maulas “un símbolo de la parroquia de Galdo”, agradeciendo “el esfuerzo y la colaboración vecinal para mantenerla viva”.
Aunque este año no puede de nuevo celebrarse por la pandemia del coronavirus, el Teatro Pastor Díaz acogió la presentación del documental sobre la feria, realizado por Paco Salgueiro.
A través de las testigos de los vecinos y vecinas de Galdo, el documental recoge la esencia del evento y conmemora los primeros 300 años de la oficialidad de la Feria de las Maulas, desde aquel 1721 en el que el Real Consejo de Castilla la legalizó a través de una Real Cédula.
“Quiero dar las gracias a las personas que aparecen en el documental, todas ellas muy necesarias por su trabajo en la asociación de vecinos, en la comisión de organización de la Feria de las Maulas o en los establecimientos y tabernas de la parroquia”, apuntó la alcaldesa.
“Todas ellas tienen además una característica en común: su amor por Galdo y por mantener viva la tradición de la Feria de las Maulas, sin duda algo más que un mercado… un lugar de encuentro, un acontecimiento social, una fiesta, un símbolo de la parroquia, añadió.
En palabras de María Loureiro, “la Feria de las Maulas forma parte de algo inmaterial e intangible, de algo imprescindible en parroquias como Galdo: el sentimiento de pertenencia. Es maravilloso ver el orgullo con el que los vecinos y vecinas de Galdo explican la feria, recuerdan anécdotas, se emocionan al pensar en las personas que ya no están y hablan siempre de ayudar, de colaborar o de echar una mano”.
“Estoy segura de que ese sentimiento de pertenencia estará siempre muy por enzima de las dificultades y permitirá mantener viva la Feria de las Maulas, todavía algo más inmortal después de este documental que hoy presentamos”, aseguró.
“Todos y todas tenemos que mirar por la Feria de las Maulas, cuidarla y saber transmitirla para mantenerla viva, porque más allá del que es la feria en sí, conseguir que Las Maulas sigan cumpliendo años es mantener el sentimiento de pertenencia, el espíritu colectivo, la colaboración vecinal, la parroquia y el pueblo”, finalizó.
Por último, Loureiro agradeció “el esfuerzo de todas las personas y entidades sociales y culturales que mantienen viva la historia de Viveiro y sus tradiciones”.
