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ES-Alfoz

Una plantación de eucaliptos daña gravemente un castro de Alfoz mal catalogado

Por 28 Xuño, 2021Sin comentarios

Las asociaciones ADEGA y Mariña Patrimonio presentaron denuncia ante la Dirección General del Patrimonio Cultural por mor de los posibles daños ocasionados en el yacimiento arqueológico del Castro de la Croa de Montoxo (Alfoz – Lugo), durante la realización de trabajos forestales de tala y replantación de eucaliptos.

Al visitar el yacimiento, ADEGA y Mariña Patrimonio comprobaron que se habían abierto en el Castro de Montoxo nuevas pistas para el paso de la maquinaria y la saca de la madera, afectando gravemente los parapetos y los hoyos defensivos en varios puntos. Asimismo, en los parapetos, en los hoyos y más en la croa del castro se realizaron cientos de agujereados con pala mecánica para la plantación de nuevos eucaliptos. En muchos de estos agujereados se pueden apreciar piedras de las antiguas construcciones del castro así como numerosos restos cerámicos de alfarería de la Edad del Hierro.

Las asociaciones denunciantes señalan también que en la zona más elevada del yacimiento llama poderosamente la atención a gran cantidad de fragmentos de teja medieval que aparece en los agujereados abiertos por la pala mecánica.

Errores de geolocalización

Para ADEGA y Mariña Patrimonio, la intervención y los daños provocados en el Castro de Montoxo constituyen un auténtico atentado contra el Patrimonio Cultural de Galicia, cuya responsable directa podría ser la propia administración pública. La Dirección General del Patrimonio Cultural está otorgando permisos de intervención a sabendas de que en el Catálogo de Patrimonio Cultural de Galicia existen errores, tanto en la geolocalización como en la delimitación de muchos yacimientos. En concreto, el Castro de Montoxo, catalogado y protegido, aparece situado en un lugar equivocado en los visores de consulta pública de aprovechamientos forestales y del Plan Básico Autonómico.

Recordamos que ADEGA y Mariña Patrimonio hicieron varias denuncias públicas en 2020 al detectar errores de localización y delimitación de yacimientos, especialmente numerosos y graves en toda la mitad norte de la provincia de Lugo, en la revisión y actualización del Catálogo de Patrimonio Cultural que hizo la Dirección General de Patrimonio Cultural en los años 2018 y 2019, y que se puede consultar en los visores del Plan Básico Autonómico y en el de Aprovechamientos Forestales.
A pesar de a contar con una inversión pública de 1.100.000 euros, la actualización y revisión del Catálogo incorpora numerosos errores de geolocalización y delimitación de los yacimientos inadmisibles que desprotegen una importante parte del Patrimonio Cultural de Galicia y, por otra parte, protegen oficialmente parcelas que no son yacimientos arqueológicos. Además, estarían creando
un problema de inseguridad jurídica para los propietarios/las de las parcelas, que oficialmente figuran como yacimientos cuando realmente no lo son.

En el caso del Castro de Montoxo, el error en la geolocalización es especialmente grave porque, aparte de ser fácilmente recoñecible por su doble hoyo y triple parapeto, se ve perfectamente en las imágenes LIDIAR de los visores de ortofotografías de la Xunta de Galicia. Además, se trata de un castro conocido que aparece documentado ya en el siglo XIX por Villa-Amil y Castro nos sus trabajos “ Los castros y lanas mámoas de Galicia” (pág. 198). y “ Antigüedades prehistóricas y célticas de Galicia”. Asimismo, en la actualidad, autores como La. Canoura Quintana, Isaac Ferreira, Manuel Lourenzo y Xesús Pisón o arqueólogos como Abel Vigo hablan de este yacimiento y de los hallados que se han encontrado en él en sus publicaciones.

Casualmente, en el transcurso de la visita que miembros de Mariña Patrimonio y ADEGA hicieron al Castro de Montoxo para comprobar los daños producidos en el yacimiento, se localizó una roca en la que fueron labradas dos “salas” de aproximadamente 4 m de largo por 2 m de ancho, con las esquinas redondeadas y con unos pequeños huecos en la pared picada en la piedra. Se da la circunstancia de que esta edificación no estaba localizada, aunque se sabía de su existencia gracias a las publicaciones de J. Villa-Amil y Castro, quien la denomina Petra Naufa.