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Un reto para Crecente Vega

Por 20 Xuño, 2021Xuño 22nd, 2021Sin comentarios

Una comisión busca desde el año pasado el reconocimiento dentro del mundo de la literatura gallega de Xosé Crecente Vega, el poeta natural de Castro de Rei, siendo el protagonista de una de las ediciones del Día de las Letras Galegas. Un homenaje y la publicación de su libro póstumo fueron algunas de las actividades que impulsan su legado, que se ampliará con una producción videográfica en la que se musicalizarán sus poemas por grupos y cantantes de diferentes estilos.

Hace un año, un grupo de familiares y amigos de Xosé Crecente Vega acordaron solicitar a la Real Academia Gallega que se destinara la este autor de Castro de Rei el Día de las Letras Gallegas.

Pero antes de llegar la este punto, la puesta en valor de la obra de Xosé Crecente Vega tenía comenzada. Cinco años atrás, en una reunión familiar, algunos de los asistentes tradujeron al inglés algunas de las poesías del autor que posteriormente se enviarían a la Consellería de Cultura y al Consello da Cultura Galega.

Fue así como el el escritor y profesor Víctor Freixanes los orientó para hacer esa candidatura, que fue presentada a principio del año 2020.

“Los recomendaron empezar desde abajo, creando una asociación y buscando apoyos”, indica Mario Crecente, sobrino del autor.

Abrieron la ronda de trabajo con una reunión en el Seminario para tratar este asunto, reunión en la que estuvieron presentes asociaciones del entorno con interés en que se reconociera el trabajo de Xosé Crecente Vega. Guitiriz y Castroverde fueron algunas de las asistentes pero destacó mucho el apoyo de aquellos que conocieron la este poeta chairego. La propuesta de pedir el Día de las Letras Gallegas fue muy bien acogido y a partir de ahí comenzó el trabajo duro.

Los miembros de la nueva asociación crearon un microsite, y comenzaron a difundir la iniciativa entre el mundo de la cultura, comenzaron diferentes proyectos y se montó una comisión de la que forman parte Félix Villares, Regina Polín y Felipe Arias, además del propio sobrino del autor.

“Con esta comisión más otra gente fumos teniendo reuniones, la primera con el alcalde de Castro de Rei, que nos apoyo desde lo inicio, con el objetivo de impulsar la publicación del libro de poemas inéditos de Crecente”, añade Mario Crecente.

Y así, bajo el roble de Luxís tuvo lugar hace unos días el acto de homenaje al, que se hacía coincidir con el 125º aniversario de su nacimiento. Y en el que se aprovechó para presentar ese libro póstumo que lleva por título O mundo nun puño de remol. El propio Víctor Freixanes, como presidente de la RAG, fue uno de los asistentes de lujo la este evento.

“Fue un acto precioso, con la presencia de vecinos y vecinas, y en el que destacaron las intervenciones de Roberto Crecente, profesor de música”, explica el sobrino del autor.

El momento más emotivo del acto tio lugar con la intervención de Eladio, de Eladio y los Seres Amantes, que hizo una canción con uno de los poemas de Crecente.

Pero en el será este el único poema que se convertirá en música, ya que una nueva iniciativa puesta en marcha por la comisión ya que ahora hay una propuesta para hacer un vídeo en el que grupos de diferentes estivos musiquen otras de las piezas literarias que Crecente Vega dejó para la historia.

La idea por tanto es crear con él un disco del que Eladio hizo precisamente en el homenaje de este mes a primera maqueta.

UN GALLEGO ILUSTRE

Xosé Crecente Vega, el autor de Codeseira, nació en Castro de Rei en el año 1896, el segundo de seis hermanos que dejaría su pueblo natal para entrar en el Seminario de Mondoñedo con 14 años, donde sería ordeado presbítero en el año 1919.

Además de su formación religiosa, estudiaría por libre en los institutos de Ferrol y Ourense y en las universidades de Santiago de Compostela y Salamanca, donde se licenció en Filosofía y Letras. La enfermedad llegó a su vida durante la Guerra Civil y a pesar de que se recuperó estuvo aquejado de una dolencia del corazón y de tuberculosis muchos años, para finalizar falleciendo en 1948 en Segovia, donde recibió sepultura. Muchos años más tarde, en 1998, los familiares trasladaron sus restos a la localidad que lo vio nacer, y allí permanecen, en la iglesia parroquial de Santa María de Outeiro.