El palangre de Burela, contra las cuerdas tras la sentencia de la UE que avala los vetos a la pesca de fondo

La Organización de Productores Pesqueros del Puerto de Burela (OPP-7) manifestó su decepción por la sentencia del Tribunal General de la Unión Europea, que rechazó el recurso presentado contra la prohibición de pesca con artes de fondo en zonas con presencia o riesgo de existencia de ecosistemas marinos vulnerables. La decisión judicial, publicada en Luxemburgo, respalda el Reglamento de Ejecución 2022/1614, aprobado por la Comisión Europea el 15 de septiembre de 2022.
La entidad burelesa, que interpuso el recurso el 13 de diciembre de ese mismo año, expresó su respeto por la resolución judicial, aunque la calificó de "incomprensible" y "muy alejada de la realidad del sector", especialmente en lo que se refiere al palangre de fondo o demersal.
Según explican desde la OPP-7, el reglamento europeo se aplicó de manera uniforme a todas las modalidades de pesca, sin diferenciar entre las técnicas utilizadas ni sus efectos reales sobre el medio marino. “La Comisión utilizó un modelo diseñado para el arrastre y lo aplicó a otras artes como el palangre, que prácticamente no tiene contacto con el fondo marino”, critican.
La organización considera que esta falta de diferenciación técnica condujo a una decisión “desproporcionada”, especialmente perjudicial para el palangre, una de las artes más selectivas y sostenibles, según indican. “No se puede matar moscas a cañonazos”, advierten, asegurando que solo un tercio de las zonas vetadas tiene realmente valores ambientales que justifiquen la prohibición, mientras que el 68% restante fue incluido por extrapolación.
En el comunicado, la OPP-7 lamenta que el tribunal no tuviera en cuenta el fuerte impacto económico y social que esta normativa ha tenido sobre el sector. “En los primeros 50 días desde la entrada en vigor de las restricciones, nuestra flota perdió más del 30% de las capturas”, afirman. La organización recuerda también la falta de consulta pública y la escasez de datos científicos específicos para cada tipo de arte de pesca como elementos clave que la sentencia pasó por alto.
Desde el puerto de Burela, el fallo judicial fue recibido con preocupación e indignación. “La sentencia no es la que esperábamos, ni tampoco es lógica ni justa. No entra en el fondo del asunto ni aborda la desproporción de las medidas ni la falta de diálogo con el sector”, denuncian.
La OPP-7 considera que el recurso era una herramienta legislativa imprescindible para frenar una forma de actuar de la Comisión Europea que califican de "peligrosa para todo el sector pesquero europeo". La organización teme que esta sentencia precipite la desaparición del palangre, “un sistema de pesca que debería ser modelo de sostenibilidad”.
La entidad también hace un llamamiento a las administraciones públicas, tanto gallegas como estatales y europeas, para que cooperen entre sí y con el sector, ante la posibilidad de que buena parte de la flota tradicional desaparezca en poco tiempo si no se revisa la normativa.
“Nuestra decisión de recurrir, dedicando importantes recursos económicos y humanos, es la prueba más clara de que esta norma es errónea. Y cuando una norma no es adecuada, hay que cambiarla”, subrayan. Por eso, piden que la Comisión Europea y la Dirección General de Asuntos Marítimos y Pesca (DG MARE) tomen nota de esta situación. “Con esta sentencia hemos perdido todos”, concluye el comunicado.