La clase trabajadora gallega se moviliza por los derechos del pueblo palestino y para exigir el fin de la ocupación ilegal

El paro general convocado por la CIG por Palestina registró un amplio seguimiento en toda Galicia, con miles de personas participando en las 15 movilizaciones celebradas en las siete ciudades gallegas y en diversas localidades. El sindicato destacó la solidaridad de la clase trabajadora gallega con el pueblo palestino y reclamó el fin del genocidio y de la ocupación ilegal.
El secretario general de la CIG, Paulo Carril, afirmó que, aunque el reciente alto el fuego “es un primer paso”, resulta insuficiente si no se acompaña de una solución política que garantice justicia y paz para el pueblo palestino y su derecho de autodeterminación.
Las movilizaciones se desarrollaron en Vigo, A Coruña, Santiago, Pontevedra, Ourense, Lugo y Ferrol, así como en Vilagarcía, Carballo, Verín, Ribadeo, Monforte, Ribeira, A Estrada y A Guarda. La CIG señaló también el seguimiento de la huelga en sectores como la educación y los grandes centros de trabajo.
Carril criticó los servicios mínimos “abusivos” decretados por la Xunta, que, según denunció, “impiden en la práctica el ejercicio del derecho a la huelga”. El dirigente sindical acusó al Gobierno gallego de “mantener relaciones bilaterales con Israel” y de contribuir “al silenciamiento del genocidio en los medios públicos”.
Antes de la manifestación en Compostela, Carril puso en valor la respuesta de las trabajadoras y trabajadores gallegos “en una jornada que se suma a las más de mil cien movilizaciones convocadas en Galicia en los dos últimos años para denunciar la barbarie cometida contra el pueblo palestino”.
El secretario general advirtió que, pese al acuerdo de alto el fuego en Gaza, la movilización no puede cesar: “el pueblo palestino es víctima de una ocupación que dura ya 77 años”. Según explicó, Israel, con el apoyo de potencias como Estados Unidos, aplica un régimen de apartheid, con robo de tierras, desplazamientos forzosos y detenciones arbitrarias, lo que calificó como “crímenes contra la humanidad”.
Carril pidió romper las relaciones diplomáticas, comerciales y militares con el Estado israelí y reconocer el estatuto de refugiadas a las personas palestinas que lo soliciten. También reclamó que se reconozca el derecho a la objeción de conciencia de las trabajadoras y trabajadores que mantengan vínculos laborales con empresas que colaboren con el régimen sionista.
Finalmente, el secretario general de la CIG hizo un llamamiento a mantener la movilización: “Debemos seguir exigiendo el derecho a la vida, la paz, la dignidad y la justicia para Palestina. La solidaridad internacional es el único camino para garantizar un futuro libre y soberano”.