Los lucenses salen a la calle para mostrar su apoyo al pueblo Palestino
La ciudad de Lugo se sumó ayer, 8 de septiembre, a las manifestaciones en apoyo al pueblo palestino y en rechazo a las políticas del Gobierno de Israel, encabezado por el primer ministro Netanyahu, a quien acusan de mantener un genocidio contra la población civil de Gaza.
Decenas de personas recorrieron la Ronda de la Muralla con banderas palestinas, en una jornada que coincidió con el anuncio del Gobierno de España de establecer un embargo total de armas a Israel y en el marco de las protestas que también se vivieron durante el paso de la Vuelta Ciclista por la provincia, que acabaron con varios detenidos.
Al mismo tiempo, el colectivo Lugo por Palestina, en representación del movimiento BDS Galiza, ha iniciado una campaña de presión sobre la promotora Bring the Noise, organizadora del Caudal Fest, por su relación con Superstruct, una compañía controlada por el fondo de inversión estadounidense KKR. La iniciativa contempla la instalación de una mesa informativa a la entrada del festival para explicar a los asistentes la conexión entre el evento y el fondo, además del reparto de folletos en las calles de Lugo. También se han convocado dos protestas frente a las puertas del recinto durante los días del festival, con la intención de documentarlas en detalle.
El propósito, según remarcan los organizadores, no es promover un boicot directo contra el festival, sino exigir que cumpla con los “cuatro mínimos éticos” defendidos por el movimiento palestino BDS y la PACBI, la campaña palestina para el boicot cultural a Israel. Estos puntos incluyen la desvinculación de KKR, la aplicación de políticas de programación responsable, el seguimiento de las directrices del boicot económico y cultural palestino y la colaboración con artistas y organizaciones comprometidas con la causa palestina.
Bring the Noise no solo organiza el Caudal Fest, sino también otros grandes eventos como el Son do Camiño, el Morriña Fest y el Resurrection Fest, en los que el BDS ya ha desarrollado campañas denunciando la negativa de estas promotoras a atender sus exigencias. El movimiento recuerda que KKR es accionista de Superstruct, empresa propietaria de más de 80 festivales en todo el mundo, y que su estrategia pasa por ejercer presión cultural y social para aislar internacionalmente a Israel.
El colectivo subraya que la presión social ya obligó a KKR a anunciar que no cobrará dividendos de estos festivales, aunque advierte de que el verdadero beneficio para el fondo se encuentra en la futura venta de Superstruct. Por ello, aseguran que las protestas seguirán activas mientras se mantengan los vínculos empresariales con la ocupación israelí.