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Por Luisa Aguado

A veces entre perdidos y ensimismados miramos al futuro. ¿Que nos hace pensar cabizbajos que el futuro es oscuro y confuso?. Tantos años de civilización han enseñado al ser humano que ganar o perder está en la palma de nuestra mano. Cada día ante cada sueño, ante cada reto podemos decidir nuestro destino. ¿nos falta valor, quizás?,¿Tenemos coraje?.. Como herederos de grandes pueblos, íberos, celtas, romanos, visigodos, fenicios, griegos , deberíamos… El ocaso de una civilización no indica que no haya un nuevo renacer. La esperanza está oculta, escondida y visible a la vuelta de la esquina. Como sucesores de nuestros ancestros, estamos obligados a honrarlos con el símbolo del poder, de la prosperidad, de la lucidez, del carisma, de la positividad y del buen hacer. Somos los descendientes de la raza humana que hoy se pregunta si hay un futuro para nosotros y nuestros hermanos, hijos, abuelos. Solo caminando con esperanza, sabremos cual es nuestro destino. Cuando caigas, vuelve a levantarte con el pensamiento en positivo, con la confianza en tu corazón y con repetirte cada día que sí, que tú eres merecedor de ese gran porvenir que siempre habías soñado. No pienses que tu estrella, no está  para ti. Todos y cada uno de nosotros tenemos una estrella que no la podemos desaprovechar con quejas y frustraciones. Solo hay que estar alerta. Alerta simboliza estar trabajando, haciendo, creyendo y un día el revés que tanto te dañó volverá a tomar su cauce, como un río que se había perdido, se había secado o desviado por haber olvidado esos valores y sueños que te hicieron creer. ¡Hazlo!, comienza de nuevo, una y otra vez.  Al final serás el ganador de tu batalla, porque todos jóvenes y mayores tendremos la oportunidad de un mundo mejor.Esa.. que mejor que esa será tu estrella, será vuestra ESTRELLA.