Os Meigallos FS cuenta con una evolución ascendente con la que logra formar la 150 niños, así como llenar el pabellón de O Chanto los fines de semana con los encuentros del equipo juvenil y del senior masculino.
Después de 16 años de vida, Os Meigallos FS sigue evolucionando año tras año de forma positiva gracias a los esfuerzos de padres y madres que luchan por seguir trayendo el fútbol sala a la villa de Sarria.
Se puede decir que la historia comenzó con unos padres y madres que querían cumplir el deseo de sus hijos de jugar al fútbol sala, algo que no existía en aquella época en la villa, por lo que crearon un equipo en una categoría para poder competir. El interés del pueblo por este deporte tan seguido en Lugo y en Galicia, llevó a que esos padres y madres habían seguido con el proyecto hasta convertilo en el club actual, que cuenta con todas las categorías -biberón, prebenjamín, benjamín, alevín, infantil, cadete, juvenil, senior masculino y senior femenino- y con 150 niños.
Una historia que se podría definir cómo familiar, tal y como dijo su actual presidenta, Violeta Díaz, “si hubiera tenido que definir el club con una palabra sería familiar. Todos y todas ayudamos en lo que haga falta, bien sea lavar ropa de los pequeños, llevarlos a los partidos, etc. Es una familia en la que colaboramos todos”.
En cuanto al número de niños, según Díaz, suele crecer cada temporada, sin embargo este año, por el tema de la covid19, se notó una ligera bajada “se notó que vienen menos pequeños. Más o menos tenemos igual en todas las categorías pero a alguno no lo dejan venir sus padres por el tema de la covid. Realmente la gente aún tiene miedo”.
Asimismo, desde el club destacaron la adaptación de todos los niños a las medidas sanitarias correspondientes en cada momento ya que a pesar de ir variando y de tener que llevar la máscara puesta no es un problema si así pueden seguir haciendo lo que les gusta. Gracias a las medidas y al buen procedimiento del protocolo, Os Meigallos es uno de los clubs que no registró ningún caso de covid, por lo que solo tuvieron que suspender los entrenamientos cuando fue obligatorio para todos.
Sin embargo, uno de los problemas que más les afecta cada temporada es el tema de los entrenadores “es un problema porque somos un club familiar que solo consigue una subvención por parte de la Diputación. De hecho, el Ayuntamiento de Sarria no nos da ayudas desde lo 2016, por lo que no podemos tener la nadie que se dedique al fútbol sala por completo”, señaló Violeta Díaz. Por esta razón, el club tira de cantera y los entrenadores son los propios chicos que juegan en categorías superiores y que cuentan con el carnet de monitor o de entrenador de fútbol sala.
Otro aspecto que se destaca desde el club es la respuesta que dio y que sigue dando la gente de la villa en cuanto al equipo y a los encuentros. El pabellón de O Chanto lograba llenarse tantos en los partidos de los juveniles como en los partidos del equipo senior masculino brindando al equipo un refuerzo moral y convirtiendo el partido de fútbol sala en una fecha marcada todas las semanas que se juega en la casa.
Actualmente, con las restricciones de aforo solo pueden entrar 56 personas al pabellón, por lo que se hay que apuntar previamente en una lista para poder asistir. Por esta razón es mucha la gente que tiene que quedar fuera ya que el aforo se completa con cierta velocidad. En cuanto a los más pequeños, solo se permite pasar a dos personas por jugador para no pasarse del aforo y para cumplir con las medidas establecidas.
Se puede decir por tanto que Sarria logró crear un clube familiar que consigue juntar la gran parte del pueblo en el pabellón para disfrutar y sentir un deporte, en este caso, el del fútbol sala.
